martes, octubre 14, 2014

Sentido latente 

    He decidido agregar a este blog el texto del catálogo que acompaña la exposición fotográfica "Sentido latente".  Lo propongo en caso que alguien quiera interesarse  en comprender de mejor manera mi propuesta fotográfica. También pienso que dado que no tengo muchos volúmenes de dicho catálogo es mejor que lo publique para que esté al alcance de los interesados en la ambigua compresión de la fotografía .



Desde su origen la fotografía fue concebida como impresión sobre papel fotográfico. En 1835 Fox Talbot inventa el sistema negativo/positivo que es el método que prevalece hasta ahora. A partir del negativo la imagen debía copiarse sobre papel para que pueda ser vista y admirada. Por lo general esta parte del proceso análogo era ejecutado por el mismo fotógrafo pues era parte del circuito de producción de imágenes. Se evaluaba no solo la imagen sobre el papel sino, también, como esa imagen se plasma en el papel. Este proceso mágico ocurría en el cuarto oscuro con una serie de diferentes reactivos. Primero el revelado de la película y después la impresión sobre papel químicamente activado. Hoy existen especialistas en impresión química que hacen de esta actividad un arte. Es un arte con todas sus letras. Ansel Adams, fotógrafo de California, quién crea el Sistema de Zonas, decía que el negativo es la partitura y la imagen es la interpretación, al igual que en la música. 
Con la llegada de la imagen electrónica todo cambió. Se llega a una imagen pero por un camino distinto y sospechoso. Se piensa que se alivia el trabajo y ya no hay que mojarse las manos ni hay que esperar. La aparición de la imagen es instantánea y para muchos personas del mundo aficionado la máquina fotográfica digital lo hace todo. Esto es una verdad relativa, ya que el fabricante de la máquina introduce programas que ajustan automáticamente la imagen. Podemos optar por ver la imagen en la pantalla del computador en forma de luz o impresa con pigmentos sobre papel. Para el fotógrafo, aquel que usa el medio como elemento de expresión y no solamente de registro, la imagen debe ser ajustada con programas especiales para que consiga la representación visual deseada tanto en pantalla como sobre el papel. Estoy hablando de la fotografía de exhibición. A esta etapa se le puede llamar de laboratorio digital donde aparecen conceptos y tareas muy parecidas a la fotografía análoga que por lo general se desconoce.
La práctica fotográfica, de mano de la tecnología, ha dado origen a un desarrollo distinto al de la fotografía química. Da la impresión de que la mayoría de los operadores de cámaras digitales han encontrado en este instrumento una manera de capear la rutina que envuelve el trabajo con película y consecuentemente dan certificado de defunción a la imagen creada químicamente. Sin embargo, lentamente, algunos fotógrafos se han dado cuenta de que la imagen electrónica ha dado origen a una nueva estética, una nueva manera de mostrar el mundo con la gran cantidad de recursos incluidos tanto en la cámara como en los programas de posproducción. Este es el campo de la pos-fotografía. La fotografía análoga (aquella que deja una huella de luz sobre la emulsión) y la producción de imágenes electrónicas (aquella que convierte la luz en dato numérico) no son disciplinas antagónicas sino distintas donde ambas culminan con la creación de una imagen de distinta materia. El advenimiento de la imagen digital no solo cambia la manera de capturar imágenes sino que, también, la manera de pensar y contar el mundo. La fotografía análoga no ha muerto, ha cambiado la manera de pensar. El automóvil y el avión no han matado al caballo. Algo así como el paso de la ilustración de tinta y la aparición de la fotografía en 1826 que revolucionó la manera de ver y representar el mundo.
Las imágenes generadas con máquinas electrónicas y computadores imita a la fotografía análoga en todo lo que sea posible: al principio su imitación era muy mala pero a medida que la tecnología evoluciona su parecido hoy es casi perfecto. Se fabrica papel para inyección de tinta igual al papel argénteo, hasta con sus imperfecciones y las impresoras son mucho más finas y sutiles. Una copia puede superar los 200 años al igual que la imagen de plata. Sin embargo, hay un problema con el consumo y la lectura de la imagen 
El hecho de que la imagen fotográfica tenga su origen en la cámara obscura del Renacimiento ha hecho que la imagen fija, grabada sobre papel, sea vista como una transcripción verdadera de la realidad. La fotografía era referencial: contaba algo y remitía a algo. Barthes dijo que era el analogón perfecto. Esta es una responsabilidad que ha llevado la fotografía desde su nacimiento. Esta característica le permitió subirse al tren del realismo que sirvió para ilustrar la historia de fines del siglo XIX y el XX. Aunque estemos transitando el mundo de la imagen numérica el operador de cámara aficionado sigue pensando como cuando parte la fotografía. Oprimen un botón y la imagen esta lista. Sin embargo, abusan de un cambio importante: la fotografía en papel se guardaba como recuerdo por ser única; ahora con la imagen de cualquier cosa en el teléfono se comparte a cero costo contaminando el espacio cibernético.

Es aquí donde encuentro una falla en desarrollo. Con el afán de vender más equipo de uso doméstico la gente menos sabe de qué es una buena impresión fotográfica, pues este trabajo es muy complejo. 
Mucha de la apreciación tiene que ver con la educación visual que no se imparte ni en las escuelas ni en las Universidades. Como profesor de fotografía me he dado cuenta de que los alumnos de lo único que son capaces es de reconocer que, por ejemplo, la imagen de un gato es un gato, su aspecto denotado. La connotación no parece o es muy escasa. No reconocen la parte plástica, su retórica, etc. Esto para mi es un mal augurio social. La apreciación no ha cambiado mucho desde el momento en que empieza el auge de la fotografía a fines del siglo XIX. 

Al final, este proyecto lo que busca es la formación de la sensibilidad visual, de la capacidad que tiene el espectador para ver mas allá de las marcas sobre el papel, de la misma manera que no da lo mismo una buena interpretación musical que una no tan bien ejecutada. La otra intención de este proyecto es colocar parámetros de visualidad que sirvan de modelo a otros fotógrafos. Una anécdota: cuando volví a Chile, después de muchos años fuera, le pregunte a un fotógrafo conocido donde podría compra determinada marca de papel, reactivos y películas. Me dijo que tenía que conformarme con lo que había aquí. No le hice caso y me las arreglé para conseguir el material con el cual yo estaba acostumbrado a trabajar. Meses después presente mi primera exposición en Valdivia impresa en papel químico y reconocieron que nunca habían visto una fotografía de ese nivel de impresión y tratamiento.  

Lo práctico 
Estas imágenes fueron impresas en plotter fotográfico Epson de gran y mediano formato como la Epson Stylus Pro 4900 que usa el último desarrollo de esta marca en tintas de calidad fotográfica y tecnología gracias al cabezal MicroPiezo TFP avanzado de inyección sobre papel fotográfico. Esta impresora usa 11 tintas de categoría HDR que incluyen el naranja y el verde lo que permite colores antes inalcanzables. Los papeles que se usaron fueron Premium Glossy Photo Paper, Exhibition Fibre  Paper y Hot Press Natural. La mayoría de estos papeles son de 300 g de peso y se escogen por su superficie, la que puede ser opaca o brillante o muy suave o con textura. La foto puede ser impresa en color completo o en blanco y negro y/o virados. La selección de los materiales esta en relación con el archivo fotográfico y es, finalmente, una elección del fotógrafo. Esta trayectoria comienza mucho antes con la captura de la imagen ya sea en formato digital o en película. Esta última, primero, debe digitalizarse y su calidad va a depender tanto del tipo de escáner que se utilice como del tamaño del negativo. Por otra parte, si la imagen tiene un mal origen, como ser la óptica de la cámara, la calidad y tamaño del sensor el resultado final será inadecuado. Un error generalizado es creer que a mayor cantidad de pixeles mejor es la imagen y no dicen de la densidad de pixeles por milímetro cuadrado. El mercado se aprovecha del desconocimiento del comprador y le ofrecen comprar más pixeles. 
Las cámaras de uso doméstico traen programas que automáticamente “mejoran” el color y la luminosidad de las imágenes. Aquí se inicia una cadena de factores basados en la relatividad de los números desde la toma hasta la impresión sobre el papel. Por ejemplo: el color verde que vemos en la naturaleza no es igual al que entrega la cámara, ni este es igual al que vemos en pantalla, ni es igual al que se imprime en el papel, siendo su designación numérica la misma. 
El fotógrafo se puede conformar con lo que entrega la cámara y mandar a imprimir y quedar conforme con eso. Pero hay otros que, con experiencia, recuerdan los colores de su motivo y tratan de replicar y encontrar los valores de colores y luminosidad que mas se adecuen a la manera como sienten la luz. Para esto recurren a programas para corregir el aspecto visual de la fotografía. Primero los aspectos técnicos: nitidez, contraste, temperatura de color, saturación de colores, limpieza de la foto, etc. Después verá los aspectos emotivos de la fotografía como por ejemplo: desaturar los colores, contrastar, convertir a blanco y negro y darle virados o tonos del tipo sepia, selenio y otros, nitidez selectiva, HDR, etc., que le permiten interpretar el mundo en vez de imitarlo. Estas son elecciones personales que el fotógrafo debe decidir. 
El archivo fotográfico digital ofrece amplias posibilidades de alterar el registro original e interpretarlo de muchas formas
De esta manera una imagen fotográfica ya no puede solo mirarse: debe leerse ya que su presentación es el resultado de una escritura numérica que se ha ordenado de acuerdo con el deseo de un operador que se metió entre los pixeles y los editó como letras en un libro. Distingamos, entonces dos aspectos en la fotografía. Por un lado esta su narrativa, es decir, ésta nos habla de algo, nos informa de algo. Este es su aspecto denotado, objetivo aquí se nombran las cosas como el sustantivo en el lenguaje. Por otro lado esta el aspecto connotado que no está incluido en la fotografía pero nos llega a través de sus códigos, retórica (metáfora, metonimia o sinécdoque), por el tratamiento plástico de la imagen, oscura, luminosa, desenfocada, uso de la profundidad de campo, etc. Es como la función del adjetivo. Por lo general asociamos una imagen oscura y nublada con una atmósfera triste. Es aquí donde se crea un espacio de intercambio textual o intertextual gracias a un efecto de dialogismo es decir, el espectador establece una comunicación con la obra. La foto aporta la imagen y el espectador su experiencia de vida con estos elementos. De ahí que la riqueza significativa va a depender en gran parte del espectador y de su formación cultural. En esta arena de intercambios entre el espectador y la obra están los sentidos latentes, ocultos que el espectador deberá revelar. Ya que la fotografía pertenece al ámbito de lo simbólico, es decir, su presencia esta por otra cosa, para empezar, con su referente, aquello que estuvo una vez frente a la cámara (la fotografía atestigua). Para el fotógrafo es una construcción que expresa algún tipo de interés o intensión. Este quiere decir algo por medio de la foto a alguien. De esta manera la foto no es espontánea: es motivada. Así se convierte en un espejo donde el espectador puede ver mucho más que una imagen, tal vez sus fantasías, sus sueños su vida misma.
Pareciera que en vez que nosotros miremos las imágenes, éstas nos leen a nosotros.

El trabajo de impresión digital no es algo que se puede realizar con solo tener la máquina. Hay una cantidad de artificios que deben ser descubiertos con expertos impresores. No es fácil hacer un ensamblaje perfecto entre el papel y el resultado de la impresión. El ajuste del archivo digital de la fotografía se realiza dentro de determinados parámetros en los cuales hay que mantenerse so pena de que la impresión sea defectuosa. La pregunta que hay que hacerse es: ¿Como convertir la imagen luminosa de la pantalla del computador donde se visualiza la imagen: esta imagen es solamente luz y debe convertirse a pigmentos de colores sólidos adheridos al papel? Lograr esa seguridad requiere mucha investigación y práctica.  Lo que uno ve no es siempre lo que uno recibe.

Abel Lagos, verano 2013.